Cada día que pasa me crispan más ciertas actitudes. Hace un tiempo posteé al respecto de todas esas personas que se suben al autobús y no le dedican ni un triste "Hola" al conductor (sigo pensando que no son autómatas y que se merecen cierto respeto, aunque a veces también ellos sean ciertamente maleducados).
Pero hay días en los que mi crispación crece. Todos los días tengo que levantarme de mi asiento en mi despacho a cerrar la puerta que alguien deja abierta. Si esto sucediese una vez, lo entendería y prometo que no me quejaría, pero algo tan constante y repetitivo como me sucede de verdad que es superior a mis fuerzas.
Y ayer noche al llegar a mi casa el "no va más". Una vecina en el portal, 5 metros delante de mí. Se dispone a coger el ascensor, se percata de que voy detrás, se gira, me dice "Hola". Y en ese momento se mete en el ascensor y pulsa el botón de su piso, la puerta se me cierra delante de las narices y tengo que llamar al otro ascensor... Pensad que soy idiota. No le iba a pedir conversación ni mucho menos. El simple hecho del ahorro energético de usar el mismo ascensor me vale como excusa.
Os juro que estoy al borde de mandar a la humanidad a tomar por el culo...( y encima me autocensuro)...
Saludos
Deica
3 comentarios:
te entiendo...
cada vez se pierden más las formas
Hay Ernesto no te malhumorees, en mi edificio no hara más de un año se modificó el ascensor para ponerle botones de memoria y los vecinos siguen haciendo lo mismo que el tuyo, por no esperar dos segundos suben y al otro que le den por donde tu te auto-censuras.
Cómo dijo el gran Ford Fairlane: "Tanto gilipollas y tan pocas balas", jajajja
Publicar un comentario